LABRM    22/23

En la primera edición, apostamos por la creatividad de los más jóvenes y el apoyo a su profesionalización tras acabar los estudios.

El LABRM 22/23 consistió en un proyecto de formación y apoyo a la creación de una nueva compañía.

Elementos clave

  • Todo comenzó con una convocatoria pública de recepción de candidaturas. Empezamos a mover el proyecto por redes sociales, publicamos unas bases de participación y recibimos más de 45 candidaturas para participar.

    El proyecto estaba abierto a personas de cualquier lugar, siempre teniendo en cuenta que requería una presencialidad de tres meses en Murcia y se valoraba una visión de continuidad en la Región.

    La horquilla de edad para participar era entre 18 y 25 años. Buscábamos apoyar la creatividad de los artistas más jóvenes e impulsar posibilidades para que crearan su propia estructura de compañía.

    La selección se llevó a cabo mediante un proceso de casting que trató de ser lo más respetuoso posible y para ello se llevó a cabo en tres fases:

    • Una primera recepción de CV y carta de motivación.

    • Una segunda de entrevistas personales online.

    • Una tercera de casting presencial en la que pedíamos una muestra libre de tu trabajo.

    Tras esto, y con la ayuda de dos personas externas, seleccionamos a 7 participantes para la primera edición del Lab.

  • El proyecto ponía en el centro la necesidad de formaciones diversas con la que se encuentra Murcia. Dentro de nuestra vocación está la escucha por las necesidades del territorio y creímos que este era un buen punto a tener en cuenta en el caso de la Región de Murcia.

    Así, el proyecto se configuró temporalmente en base a cuatro talleres impartidos por diversos profesionales de las artes escénicas: Xavier Bobés, Carlos Tuñón (Los números imaginarios), Iara Solano (Sleepwalk Collective) y Pablo Gisbert (El Conde de Torrefiel).

    La formación se centró en lo artístico y procuró dar una serie de herramientas diversas al nuevo colectivo joven para que encontraran su propia voz en la creación.

  • A lo largo de tres meses, el nuevo colectivo contó con espacios de ensayo en el Teatro Romea (donde también se llevaron a cabo los talleres) y con un estreno en el Teatro Circo de Murcia para mostrar su primera pieza. Además, contaron con una residencia técnica en el Centro Párraga.

    Desafortunadamente, no pudimos ofrecer buenas condiciones de trabajo por falta de apoyos, aunque más abajo desarrollaré esta parte de autocrítica.

  • El proyecto contó con la cooperación conjunta de Teatro Romea, Teatro Circo Murcia y Centro Párraga, a los cuales estamos agradecidos por su apoyo y cariño.

    También contamos con la complicidad de la Escuela Superior de Arte Dramático, que nos invitó a llevar a cabo unas charlas para explicar el proyecto a los estudiantes y profesores y resolver dudas sobre el mismo.

  • El proyecto se llevó a cabo en su primer año con la ayuda exclusiva del Teatro Circo de Murcia a través de un caché por el estreno y la recaudación de taquilla de dicha función.

    Contamos con un total de 4.000 € después de impuestos.

Evaluación personal del proyecto

A continución me gustaría dar una visión muy personal de lo que para mí ha significado llevar a cabo este proyecto. Estas opiniones han sido contrastadas con mis compañeros y seguro estarían de acuerdo en la mayoría de cosas que voy a decir pero igualmente me gustaría recordar aquí que este espacio web es una suerte de blog/portfolio personal en el que me gusta hablar en primera persona de mi trabajo y ser transparente con mis impresiones subjetivas.

Economía

Empiezo por lo más complicado y el apartado en el que más debería mejorar la proyecto para asegurar su continuidad.

En el apartado económico, el proyecto comenzó como suelen empezar todos los proyectos: de manera muy precaria, con un equipo poco preparado para su gestión y con muchos errores de base.

Como se comentaba anteriormente, el proyecto contó con 4.000 € después de impuestos para hacerlo todo. Nuestra prioridad fue poder dar unas condiciones medianamente dignas a los talleristas e intentar que todo el mundo estuviera bien informado y de acuerdo con las condiciones que podíamos dar. Finalmente, nosotros no solo no obtuvimos dinero por nuestro trabajo en la gestión de este proyecto si no que tuvimos que poner dinero para algunos gastos ineludibles. Aproximadamente y sin tener una cuenta exacta de esto, podemos decir que cada uno de los tres fundadores del proyecto aportó alrededor de 500 € al mismo entre viajes, dietas y aportaciones directas para gastos, aumentando el presupuesto a 5.500 €.

Los participantes no pudieron cobrar nada por los ensayos, aunque sí 160 € por la función del estreno. Su producción no contó con presupuesto alguno aunque se contó con facilidades por parte de los teatros Romea y Circo, que prestaron mobiliario para la función y pusieron al servicio de la misma todo el material técnico necesario durante los ensayos y la función.

Los talleristas cobraron 600 € por taller (excepto en el caso de Pablo Gisbert que fue una masterclass de 250 € y un solo día). Todo esto después de impuestos. Además se cubrieron todos sus gastos de transporte, alojamiento y dietas.

Honestamente creo que los recursos no fueron pocos y desde la residencia técnica en el Párraga, los ensayos durante tres meses en el Romea, los talleristas que venían de otras ciudades, el estreno con un día de montaje previo en el Circo, etc, se destinaron recursos públicos y privados con un valor entre los 10.000 y los 15.000 € para hacer el proyecto, lo cual no considero una derrota siendo su primera edición.

Por otro lado, éramos conscientes de que el presupuesto era demasiado bajo y ya desde un primer momento proyectamos unos presupuestos mucho más elevados, planificamos todo desde el otoño de 2021, buscamos diferentes formas de financiación entre subvenciones, empresas y otras instituciones públicas y simplemente hicimos todo lo que estuvo en nuestra mano pero caímos en la realidad de que los apoyos no llegarían por ser un proyecto nuevo y que si no lo hacíamos así, nada se podría hacer. Por ello, continuamos adelante y nos comprometimos a mirar a largo plazo y a intentar mejorar el proyecto año tras año, así como a dejar de hacerlo en la Región de Murcia si no conseguíamos mejoras significativas a tres años vista.

Formación

La formación fue la clave de este proyecto, su gran atractivo y la parte mejor gestionada en mi opinión. Los talleres ayudaron al colectivo a dar pasos de gigante en la búsqueda de su lenguaje escénico, entrelazándose con un intenso proceso de creación y experimentación que les llevó a un resultado muy interesante y de un alto valor experimental.

El proceso fue duro pero los participantes lo disfrutaron muchísimo, agradeciendo prácticamente cada día la oportunidad de estar ahí. Los talleristas igualmente se entregaron al proyecto y lo acogieron con ilusión, desplazándose a Murcia para conectar con esta generación joven y con una gran ilusión por desplazar el centro de atención de las grandes capitales.

Los talleres se pensaron de manera ecléctica pero con sentido unitario, con el objetivo de dar diferentes visiones de las artes escénicas contemporáneas, desde el teatro de objetos de Xavier Bobés hasta las propuestas de formatos alternativos de Iara Solano o Carlos Tuñón, pasando por la poética visual y textual de Pablo Gisbert. El resultado fue mejor de lo esperado, dando una visión desde la herramienta y no desde la guía, poniendo siempre en valor la creatividad del grupo seleccionado y procurando su independencia al tiempo que se le acompañaba en el camino.

Cooperación

Conseguimos la cooperación de diferentes entidades y recibimos mucho apoyo por parte de todo el sector para seguir adelante con el proyecto aunque no llegamos a establecer relaciones más allá de los teatros públicos con asociaciones, organismos regionales o estatales o con la propia ciudadanía. Sin duda, para que el proyecto crezca y se asiente, sabemos necesaria una cooperación entre todos estos sectores y la buscamos, pero también somos conscientes de nuestras limitaciones como equipo de tres personas que no recibe dinero de momento por hacer este proyecto y nos tomamos todo esto como objetivos a largo plazo y con calma.

Gestión y gobernanza

Este apartado está muy relacionado con el anterior. Nos gustaría caminar hacia una gobernanza más compartida con el sector profesional y la ciudadanía, una gestión más horizontal y una ampliación más allá de los teatros públicos, con proyectos que se desarrollen en base a visiones menos productivas y empresariales como lo son la producción de un espectáculo o la creación de una compañía. No obstante, de nuevo somos conscientes de nuestras limitaciones y las limitaciones del propio sistema y consideramos que no podemos abrir esta puerta al menos hasta la cuarta edición y siempre dependiendo de que consigamos mejorar nuestras condiciones de trabajo. Todo esto conlleva un trabajo aún mayor, que no solo se traduce en puro trabajo administrativo si no también pedagógico y de gestión horizontal, y es algo que no podemos asumir en estos momentos.

Hasta ahora, el LAB se ha llevado a cabo desde la forma fiscal de un autónomo para facilitar las gestiones con una administración que no está preparada para los proyectos sin visión productivista y la realidad fiscal del LAB es que todo esto cuenta de cara a la administración como si fuera un proyecto empresarial, una iniciativa personal de alguien que se va a lucrar de ello. Más allá de que su realidad fáctica se aleje de esto enormemente, creemos que no sería posible comenzar de otra manera porque la pedagogía con las administraciones sería un esfuerzo demasiado grande que nos impediría avanzar en todo lo demás.